27 de diciembre de 2012



No es que quiera hacerme tonta, o que de otros quiera siempre depender
Pero desde que tengo razón, el temor se ha apoderado siempre de mí
Es la sensación de no poder, de que en un abrir y cerrar los ojos todo habrá de caer
Es el pecho apretujado, la voz enmudecida, las tripas comprimidas, la cabeza entumecida
Y mis lágrimas inexplicables; mi poca fuerza desaparecida.
No es que quiera hacerme la tonta, o que quiera evadir mi responsabilidad
A veces me concentro y lo trato de evitar, entonces sale a flote mi inutilidad
Y les juro que lo siento, como una enfermedad
Que empieza pequeñita, y tragándome entera termina
Dejándome solita, hecha una bolita, pequeña pequeñita, con ganas de llorar . .

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