9 de abril de 2014

Recuerdo hubo una vez que estuve bien pinche triste. Sé que el asunto de la tristeza no es novedad en mí, pero recuerdo aquella vez de vez en cuando sin querer. Y es que aquella tristeza no era la misma que había sentido un año antes cuando él se fue, por que hay tristezas que se funden con los recuerdos y nunca se van pero sabes hay un lugar, hay un porqué. Pero luego esta esa otra pinche tristeza irremediable e incomprensible de lo que aún no entiendes como fue, en que momento, en que instante, que palabra, que desvío, que aleteo de mariposa desencadenó el temblor bajo tus pies. Luego quisieras ver todo como película, cámara lenta, parar, retroceder, volver. La pinche tristeza esa es bien mugrosa, porque juega con tus pensamientos que tratan de no juzgar y no ceder ante la dulce amarga hiel del negativo placer. De culparte a culpar a todos, de intentar culpar a nadie a entender que tal vez...sí fue lo que no quieres creer. .

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